viernes, 3 de diciembre de 2010

GUERRA FRÍA

La Guerra Fría en América Latina es la plasmación en este territorio del enfrentamiento entre los Estados Unidos y la Unión Soviética durante la segunda mitad del siglo XX.
Si bien el inicio de la Guerra Fría se marca en 1947, los orígenes de las tensiones entre Estados Unidos y diversos gobiernos o movimientos latinoamericanos comienzan desde la independencia o, como mínimo, desde la elaboración de la Doctrina Monroe. Por la existencia de dichas tensiones la Guerra Fría en Latinoamérica fue especialmente convulsa para la región y uno de los principales focos de atención por ambos bandos enfrentados.
La estrategia de ambos bandos durante el desarrollo de la Guerra Fría varió según las situación global o las particularidades de los cambios en el ámbito latinoamericano. El principal punto de inflexión fue el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 y la inclusión de la isla en la esfera de influencia soviética. Éste triunfo modificaría la estrategia comunista en el continente, produciéndose un auge de las organizaciones guerrilleras hasta finales de los 60, decayendo las guerrillas tras la muerte del Che Guevara en Bolivia. Tras el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979 los conflictos armados vuelven a recrudecerse, especialmente en Centroamérica. Estados Unidos por su parte apostó por el mantenimiento a ultranza de régimenes aliados, en muchos casos militares, y la intervención militar directa o indirecta en contra de países susceptibles de girar hacia la influencia soviética, como el caso de la Invasión de Bahía de Cochinos o la participación en la guerra civil de Nicaragua.



Última fase de la Guerra Fría

Victoria del Frente Sandinista y Guerra Civil en Nicaragua

El 19 de julio de 1979, tras varios meses de ofensiva e insurrecciones del FSLN, Anastasio Somoza Debayle abandonaba Nicaragua rumbo a Miami y las tropas sandinistas entraban en Managua. Tras la toma del poder, el FSLN cuenta con una amplia hegemonía política y el control total de las fuerzas militares que habían derrotado a la Guardia Nacional somocista. Sin embargo, antes de 1979, los sandinistas (especialmente los llamados terceristas) habían realizado una política de alianzas amplias que incluía a sectores conservadores del Frente Amplio Opositor (FAO), por lo que en un primer momento hubo de adaptar su programa de gobierno para incluir a estos sectores. Así pues, durante los primeros meses de la revolución los sectores conservadores que se habían opuesto a Somoza forman parte del nuevo gobierno de mayoría sandinista, si bien pronto comienzan a surgir divisiones y enfrentamientos que harán abandonar el gobierno a los conservadores en noviembre de 1980.
Como sucedió con la Revolución Guatemalteca durante el periodo del presidente estadounidense Roosevelt, también en un primer momento la administración Carter no se mostrará beligerante contra la Revolución Sandinista. Sin embargo, desde la llegada al poder de Ronald Reagan en 1980 se inició una política de acoso y agresión contra los sandinistas, contando con el apoyo de los gobiernos de El Salvador, Honduras y Costa Rica mientras que el gobierno nicaragüense se acercaba al Movimiento de Países No Alineados, al bloque socialista, Cuba y a la Internacional Socialista.

Navidad Roja

La Revolución Sandinista encontró serias dificultades para implantarse en la zona de la costa atlántica, poblada mayoritariamente por indígenas y creòles. A partir de 1981 comenzaron a producirse serios incidentes entre el gobierno sandinista y las organizaciones indígenas como MISURASATA que llevaron a que un buen número de miskitos se unieran a la Contra en Honduras o Costa Rica. A principios de 1982 los sandinistas decidirían trasladar a 42 comunidades miskitas desde sus lugares de origen en el Río Coco, frontera con Honduras, hacia unos nuevos asentamientos conocidos como Tasba Pri.
A partir de este momento comenzaría una campaña de desprestigio contra el gobierno sandinista por parte de las organizaciones contrarrevolucionarias, elementos de la jerarquía eclesiástica y los Estados Unidos, que acusaron al gobierno de genocidio y de violación de los derechos humanos, aunque hasta día de hoy no las acusaciones no han podido ser demostradas.

El Caracazo

- El Caracazo, fue un violento saqueo que se sintió en todo el Estado Nacional de Venezuela, bajo el régimen de aquel presidente de la república Carlos Andrès Pérez, el Caracazo tiene orígenes de la economía, que había en Venezuela aquella época, todo paso mientras, la gente de los cerros en Caracas, se unió para tomar todas las avenidas, calles, centros y urbanizaciones de Caracas para saquear, bodegas, restaurantes, super mercados, carnicerías y vendedores ambulantes.



PLAN DE MARSHALL

El Plan Marshall (denominado oficialmente European Recovery Program o ERP) fue el principal plan de los Estados Unidos para la reconstrucción de los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial, que a la vez estaba destinado a contener un posible avance del comunismo. La iniciativa recibió el nombre del Secretario de Estado de los Estados Unidos, George Marshall, y fue diseñada principalmente por el Departamento de Estado, en especial por William L. Clayton y George F. Kennan

Consecuencias

El Plan Marshall finalizó, tal y como estaba previsto, en 1951. Todos los esfuerzos de prolongarlo toparon con los gastos crecientes de la Guerra de Corea y el rearme. Además, y si bien el factor fundamental fueron los gastos de Corea, los republicanos, más hostiles al Plan, habían incrementado su representación en las elecciones al Congreso de 1950 y se opusieron duramente. En cualquier caso, siguieron llegando a Europa otras formas de ayuda.
De 1948 a 1952, Europa vivió el periodo de máximo crecimiento económico de su historia. La producción industrial se incrementó un 35%, y la agrícola sobrepasó fuertemente los niveles de antes de la guerra. La pobreza y el hambre de los primeros años de posguerra desaparecieron y Europa Occidental tuvo delante de sí dos décadas de crecimiento sin precedentes, que comportaron un aumento espectacular del nivel de vida. Existe un importante debate entre los historiadores sobre hasta qué punto puede atribuirse dicho crecimiento al Plan Marshall. La mayoría rechazan la idea de que el Plan, por sí solo, resucitase milagrosamente a Europa, ya que existen evidencias de que la recuperación económica ya había dado algunos pasos antes. Muchos creen que el Plan Marshall sirvió para acelerar esta recuperación, pero que no la inició.
Por otra parte, hay quien piensa que los efectos políticos del Plan Marshall podrían ser casi tan importantes como los económicos. El Plan facilitó que las naciones europeas flexibilizaran las medidas de austeridad y el racionamiento, reduciendo el descontento y aportando estabilidad política. La influencia comunista en Europa Occidental se redujo considerablemente, y a lo largo de la región los partidos comunistas fueron gradualmente perdiendo popularidad en los años siguientes al Plan Marshall. Las relaciones comerciales entre las dos costas atlánticas favorecieron la creación de la OTAN, que incluso sobreviviría durante la Guerra Fría. Además, la no participación de Europa del Este fue uno de los primeros síntomas claros de que el continente ya estaba dividido en dos áreas de influencia enfrentadas.
El Plan Marshall también contribuyó en cierta medida a la integración europea. Los europeos, al igual que los estadounidenses, creían que una unificación del continente era casi imprescindible para asegurar la paz y la prosperidad de Europa. El Plan fue una herramienta interesante para establecer una primera guía de cómo llevar a término este proceso, pero en cierto modo falló, ya que la organización que impulsó, la OECE, no pasó nunca de ser un simple agente de cooperación económica. Sin embargo, fue un antecedente de la llamada Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) la que verdaderamente fundó las bases de lo que un día sería la Unión Europea (aunque excluía al Reino Unido,). Con todo, la OECE sirvió de modelo y campo de pruebas para las estructuras y la burocracia que más tarde se utilizaría en la Comunidad Económica Europea. El Plan, en cierto modo ligado a los Acuerdos de Bretton Woods, también instauró el libre comercio entre los países de la región.
Pese a que algunos historiadores modernos sostienen que los elogios al Plan Marshall son exagerados, en general se tiene una visión positiva y se ha considerado que un proyecto similar podría ayudar a otras áreas en el mundo. Tras la caída del comunismo hubo varias propuestas para crear un "Plan Marshall para Europa del Este" que ayudase a revitalizar la región. Otros han propuesto un Plan Marshall para África o incluso el vicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore, llegó a sugerir la creación de un "Global Marshall Plan" (Plan Marshall Mundial).
El Plan Marshall se conviritió en una metáfora para hacer referencia a cualquier programa gubernamental a gran escala diseñado para solventar un problema social específico. A menudo se utiliza desde sectores neoliberales para hacer llamamientos a gastos federales en los posibles fallos del sector privado.
Póster creado para promover el Plan Marshall en Europa. En el cartel puede leerse Cualquiera que sea el clima debemos movernos juntos.
En cuanto a la recuperación económica alemana, se debió en parte a la ayuda económica que aportó el Plan Marshall, pero también se considera que uno de los factores fundamentales fue ajeno al Plan, y consistió en la reforma monetaria realizada en 1948 y que reemplazó el Reichsmark por el marco alemán como moneda de curso legal, y que sirvió para detener la inflación desorbitada. Este cambio de moneda, que sirvió para fortalecer la economía alemana, había sido prohibido expresamente durante los dos años en los que estuvo en vigor la directiva de ocupación JCS 1067. Esa política económica se enmarcó dentro del conjunto de políticas implementadas por el canciller alemán Ludwig Erhard en su programa económico de recuperación. Llevó a cabo una política liberal, basada en la eliminación de la planificación centralizada y en la restauración de la economía de mercado en Europa, huyendo de la planificación extrema que había imperado durante la época nacionalsocialista. El Plan Marshall fue, por tanto, uno más de los distintos factores que impulsaron la recuperación alemana. En cualquier caso, en Alemania todavía sigue vivo el mito del Plan Marshall. Según la obra de Susan Stern titulada Marshall Plan 1947–1997 A German View, muchos alemanes todavía creen que Alemania fue la exclusiva beneficiaria de las ayudas del plan, y que consistía en un regalo sin contraprestación de grandes sumas de dinero, siendo el único responsable de la recuperación económica alemana en la década de los años 50.

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